viernes, 26 de septiembre de 2008

Los consumidores pagarán desde hoy una eco-tasa por las pilas


La noticia:


Apartir de hoy, cada vez que alguien compre una pila en un supermercado, bazar o tienda de electrónica ha de saber que estará pagando una ‘ecotasa’ que garantizará su recogida y posterior tratamiento y reciclaje. La razón no es otra que la entrada en vigor de un Real Decreto que tiene como objetivo reducir el impacto ambiental de los contaminantes que contienen las pilas y que, a menudo, acaban en los vertederos.

«Esto empezó en su día con los envases y embalajes, luego los neumáticos usados, los aceites, los equipos eléctricos y electrónicos y ahora llega el turno de pilas y baterías», afirma Rafael Herreros, gerente de la Fundación para la Gestión Medioambiental de las Pilas, donde está agrupado el 75% de los fabricantes del sector.

Apartir de la semana que viene, «en los supermercados y en todo tipo de comercios» se colocarán contenedores en los que los consumidores podrán depositar las pilas usadas. «En el País Vasco ya tenemos acuerdos con cadenas de grandes superficies como Eroski, El Corte Inglés, Lidl... Poco a poco iremos extendiendo la red en cadenas de electrodomésticos y todo tipo de tiendas. La ley obliga al comerciante a facilitar la recogida», recuerda Rafael Herreros.

El objetivo es llegar a 2011 con el 25% de las pilas portátiles recicladas y al año 2015 con el 45%."

Las preguntas:

¿Por qué hay que "conformarse" con reciclar parte de las pilas usadas?

¿Y por qué no se potencia el uso de las pilas recargables y se rebaja en una cantidad el precio que se paga por ellas al comprarlas argumentando la reducción impresionante de residuos que implica su uso?

Incluso, ¿no sería una actuación potente de las cooperativas de consumo una campaña en favor de las pilas recargables? Éstas las está vendiendo Eroski, por ejemplo, de forma indiferenciada y sin ningún valor añadido de información al comprador.

Con estas actuaciones también se mostraría la superioridad de las cooperativas de consumo. Frente a un interés a corto plazo de vender el máximo de unidades (no recarbables, por supuesto, para que el consumidor vuelva rápido a por nuevas), apostar por un interés a largo plazo beneficioso para la comunidad (y la imagen moderna, ecológica y proconsumidor de la cooperativa).

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