miércoles, 29 de octubre de 2008

Ulma Construcción aplaza a última hora su emisión de aportaciones por la crisis

Ulma Construcción, una de las sociedades de referencia del grupo Mondragón (MCC), frenó y dio marcha atrás en el último momento a su estrategia de utilizar todos los instrumentos financieros posibles para apuntalar su proyecto de expansión.

La cooperativa de Oñati (Gipuzkoa) había publicitado, en varios medios de comunicación del País Vasco, que 'pronto será momento para nuevas aportaciones...', en una clara referencia al instrumento financiero utilizado por otras cooperativas de MCC, como Eroski y Fagor Electrodomésticos, para captar liquidez en los mercados con la que financiar sus inversiones. Era el estreno en el ámbito de la financiación externa de una cooperativa poco dada a publicitar sus interioridades, aunque desde su retorno a la órbita de MCC se había abierto un poco al exterior.

Las dificultades para la captación de financiación en los mercados, por la crisis económica actual, determinó que los responsables de Ulma Construcción decidieran a última hora de la tarde de ayer una demora sin nuevo plazo a su plan de emisión de aportaciones.

La necesidad de recabar recursos en el mercado financiero está orientada a apoyar la estrategia de crecimiento de Ulma Construcción. Su plan incluye la edificación de una nueva planta de fabricación de productos 'innovadores en el mercado', según sus gestores, que se ubicará en Oñati y que generará 120 nuevos empleos. Además, pretende reforzar su política de internacionalización para mitigar el negativo impacto que afecta al negocio de la construcción en la península.

El instrumento que tenía previsto utilizar la firma vasca era la emisión de aportaciones financieras subordinadas, un activo regulado en la Ley de Cooperativas Vascas y que ya ha sido utilizado por Fagor Electrodomésticos en dos ocasiones, y por Eroski en otras tres.

La cuantía de la emisión y el folleto informativo ya se había presentado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) para que diera luz verde a la operación.

La emisión, según algunos medios, estaba previsto que rondara los 30 millones de euros, ampliables a 60 millones. Al menos el 50% de esta colocación estaba destinada a los propios socios trabajadores de la empresa y el resto al mercado.

El director general de Ulma Construcción, Aitor Ayastuy, aseguró a finales de julio pasado que la firma había reducido un 59% su beneficio en el primer semestre, frente al mismo periodo del año anterior, situándose en 13,6 millones. Su cifra de negocio, al cierre de junio, alcanzó los 212 millones, un 5% menos.

Detrás del grupo cooperativo Ulma hay mucho más que su división de construcción, aunque es la que más facturación aporta a la cifra consolidada de negocio.

Desde Oñati se gestionan actividades relacionadas con el sector agrícola, con las carretillas elevadoras, con la forja y la logística. En 2007 el grupo cerró con más de 4.000 personas en plantilla y y 720 millones de facturación.

Sus responsables han diseñado hasta 2010 un plan de inversiones de 500 millones y la creación de 1.200 empleos. Ulma está presente en casi todas las esquinas de Oñati, donde cuenta con numerosos centros de actividad. Este pasado verano los gestores de Ulma Construcción anunciaron la ampliación de esa base fabril, con la edificación de una nueva planta que generará cien empleos.

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