lunes, 25 de enero de 2010

Entrevista a Juanmari Concha, Presidente de ERKIDE, la federación de cooperativas de trabajo asociado de Euskadi

El cooperativismo alavés aguanta el tirón. En el peor año de las últimas décadas no sólo ha mantenido ‘vivas’ el número de empresas en Álava sino que ha aumentado su número de trabajadores. ¿El secreto? Un principio de solidaridad empresarial, a priori, impensable en lo privado.

Juanmari Concha es una de las voces más cualificadas para hablar del movimiento cooperativo vasco. 40 años en cargos directivos del Grupo Mondragón (27 como director financiero de Urssa) le confieren una autoridad libre de sospecha para asegurar que el sistema cooperativo “mantiene mejor el empleo que otras sociedades ”.

80 firmas y 2.700 empleos avalan la buena salud que goza actualmente este movimiento en Álava.

¿Cómo fueron las cosas para la cooperativa alavesa en 2009?

En Álava y en Euskadi no sólo hemos mantenido el empleo sino que lo hemos incrementado; un poquito más, algo minúsculo, pero significativo. Quiere esto decir que el sistema cooperativo mantiene mejor que otro tipo de sociedades el empleo, lo hace más estable.

¿A qué lo achaca?

A que en las cooperativas los problemas de la empresa no se solucionan reduciendo empleo, sino de otra forma. Todo tiene un límite, claro, porque las cooperativas también se cierran. Pero se buscan otras fórmulas. En Álava, por ejemplo, se mantuvieron el número de empresas (80 y 2.700 empleos), mientras que en Erkide incorporamos 80, frente a las 40 que se nos cayeron de las casi 800 que somos. El balance, por lo tanto, es bueno: mantuvimos el empleo y ganamos nuevas cooperativas.

¿A base de qué?

A base de esfuerzo lo primero. Y a partir de ahí, con una serie de herramientas como los anticipos de consumo que llamamos nosotros –los sueldos–, que se han rebajado entre un 10% y 15%; o los intereses que se pagan por las aportaciones que tienen los socios y que han desaparecido en muchas cooperativas al no llegar los resultados. Ese ahorro puede suponer otro 10%. Por lo tanto, un cooperativista cuya empresa haya necesitado implantar este tipo de medidas ha podido ganar entre un 20% y un 25% menos. Y no sólo eso. Se han dado casos de aumento del número de horas de trabajo, de suspensión de las pagas extra, el calendario móvil, que consiste en dejar de trabajar cuando no hay producción y regresar cuando la hay, o las reubicaciones, que han llevado a muchos socios a trabajar en otra cooperativa que no es la suya

Resulta difícil entender que los socios acepten este tipo de medidas casi sin rechistar. ¿Cómo se explica?

Lo entiendo, pero este sistema está basado en un principio de solidaridad impresionante.

¿Sería posible trasladar este sistema a la empresa privada?

Es muy difícil, prácticamente diría que imposible. Y me explico. Creo que el tema laboral exige y debe plantear una serie de modificaciones genéricas, pero no la de reducir el abaratamiento del despido. Ésa no vale ahora. A los trabajadores no se les puede pedir hoy que hagan esfuerzos cuando las empresas han tenido muchos beneficios y no les ha dado nada. ¿Por qué no lo haces al revés? Cuando tengas las subidas, por ejemplo, hazlas en función de aumentos de productividad y resultados, y cuando éstos lleguen, dáselos de verdad. Ya verás cómo consigues que cuando vengan mal dadas, los trabajadores respondan. Si no, te van a dar únicamente los extras que les obliga el convenio y punto.

Pero el empresario ya cumple con sus trabajadores, es decir, paga a cada uno su nómina. ¿No es suficiente y justo?

No tengo nada contra los empresarios. Es más, creo que son la base de la economía, pero lo que no vale es centrarse únicamente en el abaratamiento del despido. ¿Por qué en lugar de subir el IPC no lo hacemos en función de la productividad de la empresa? Y empiece cuando usted esté ganando, no cuando pierda. Y si además tiene alguna forma o sistema de que la gente participe en la gestión seguramente las cosas
serían de otra manera.

¿Qué podemos esperar en 2010?

Creo que va a ser un año mejor para las cooperativas, aunque algunos sectores como el de la construcción todavía lo va a pasar muy mal. Lo que no creo es que mejore el empleo.

¿Firmaría un cierre de 2010 similar al anterior?

No, creo que algo mejor tenemos que ser. Si en 2009 fuimos capaces de mantener el empleo, este año vamos a crecer. Poco, pero lo vamos a hacer. Sería una sorpresa para mí que disminuyéramos globalmente empleo.

Que locomotoras como Francia y Alemania tiren de la economía es algo que redunda en la economía alavesa; es una causalidad histórica. ¿Ocurre lo mismo con las cooperativas?

Lógicamente, aunque la diversificación en Álava es tremenda. Que tiren las grandes tiene su efecto, por eso aquel cuyo mercado exterior sea importante va a andar mucho mejor que el que se centre sólo en el nacional. Ahí hay varios ejemplos claros como RPK, Urssa, Coinalde...

¿Cuáles son los sectores con más futuro?

Es difícil predecirlo, pero todo apunta a que serán los más internacionalizados y los que apuesten por productos con un valor añadido. Porque si basas tu negocio sólo en la mano de obra, siempre habrá alguien dispuesto a igualar tu trabajo por menos dinero.

Volvemos a la manida I+D+i...

Manida, cierto, pero absolutamente imprescindible para competir con garantías. En el sector del automóvil, que tiene gran peso en Euskadi, estoy convencido de que las empresas que sólo se dediquen a hacer piezas, al final desaparecerán o serán absorbidas. Su apuesta debe ir por soluciones más globales y específicas que les hagan independientes.

Fuente: Diario de Noticias de Álava

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