SUPONE HACER SOCIOS A MÁS DE 400 EMPLEADOS Y CAPTAR UNOS 3,7 MILLONES DE EUROS
Eroski ha logrado cooperativizar al 60% de la plantilla que tenía Caprabo en Nafarroa. Esto supone incrementar en más de 400 personas el número de socios y asegurarse una aportación de unos 3,7 millones de euros gracias a la cuota que ingresan los nuevos cooperativistas en el momento de formalizar su incorporación.
El grupo de distribución con sede en Elorrio, perteneciente a Mondragón, adquirió antes del verano de 2007 el 75% de la cadena de supermercados e hipermercados Caprabo.
Pagó por ello unos 1.100 millones de euros, tras una puja en la que entraron Carrefour y El Árbol y que terminó por elevar el precio de la empresa catalana. En el caso de Nafarroa suponía hacerse con 29 establecimientos en los que, según explicaron fuentes sindicales, se han hecho cooperativistas algo más de 400.
Con el resto, muchos de ellos procedentes de Súper Mabo, adquirida por Caprabo en 2001, no ha sido posible. “A algunos nos ha pillado con casi 20 años en la empresa y nos suponía perder una serie de derechos”, explican desde la sección sindical deUGT.
En Eroski conviven por tanto ahora cooperativistas y trabajadores asalariados, cada uno con sus propias condiciones laborales. “La convivencia está siendo buena, sin más problemas que los habituales con algunos turnos o cuestiones menores”, explican desde el comité, que debe afrontar la renovación del convenio a partir del próximo 31 de diciembre y en un entorno recesivo, aunque con perspectivas de cierta mejoría amedio plazo. “Esperamos una negociación dura”, reconocen desde ELA, sindicato mayoritario.
Tras haber adquirido Caprabo, Eroski inició el proceso de cooperativización. La cuota de entrada a Eroski como socio está fijada en unos 9.000 euros, que pueden ser abonados de modo íntegro en el primer momento o también de modo fraccionado, mediante un descuento en la nómina.
Se trata de una aportación que realizan los nuevos socios y que les convierte en trabajadores y a la vez propietarios de una empresa que cuenta con más de 54.000 trabajadores en toda España, de los que casi 14.000, concentrados en Euskal Herria, son cooperativistas.
Para los trabajadores del resto de autonomías, unos 40.000 incluidos los de Caprabo, Eroski ha diseñado un plan con el que pretende convertirse en la mayor cooperativa del mundo.
El proyecto, de concretarse en parecidos términos económicos, supondría ingresar unos 360 millones de euros, si bien plantea algunos inconvenientes, que tienen que ver con la pérdida de control por parte de los socios pertenecientes al área original de Eroski: Euskal Herria. Para evitarlo, el grupo trabaja con una fórmula –una cooperativa de cooperativas– que permitiría aunar ambos propósitos.
El grupo mantiene, en cualquier caso, el objetivo de extender su filosofía “para ganar en eficiencia y competitividad, por el mayor compromiso que asumen los trabajadores”, repiten desde el grupo.
La crisis económica juega sin embargo en este propósito como un arma de doble filo. Por un lado, hacerse cooperativista garantiza la estabilidad laboral –no se despide a los socios–, pero exige sacrificios laborales que no todos están dispuestos a asumir en tiempos de crisis. Esto podría dificultar la incorporación de nuevos socios en un momento en que captar liquidez resulta vital para todas las empresas.
La propia Eroski acaba de renovar un préstamo puente de 322 millones de euros con 18 entidades financieras, que le han dado tres meses de margen para reestructurar sus deudas.
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